Tras nuestros comienzos en Nueva York, decidimos despegar y echar raíces en Madrid. Por aquel entonces, nuestro pequeño equipo se instaló en lo que llamamos “El Estudio”, que es una de las dos oficinas que tenemos en el mítico edificio construido por Pedro Bigador, allá por el año 1936, en la madrileña Plaza de Manuel Becerra.
Dato curioso: ¡Este espacio originalmente era un estudio de fotografía!
Aunque ya de por sí fuese precioso, necesitábamos "hacerlo nuestro". Para ello, contamos con la ayuda de la diseñadora de interiores Marta de la Rica, ¡que hizo un trabajo maravilloso!
Pero nuestro equipo seguía creciendo y ya no cabíamos en “El Estudio”, así que cruzamos el pasillo (literalmente) e inauguramos “La Oficina”. (Aunque seguimos usando el estudio para crear nuestro contenido visual, único y genuino, ya que está equipado con todo lo que necesita el equipo creativo).
Dato curioso: Antes de instalarnos en “La Oficina”, este espacio era una imprenta, con techos altos para que pudieran entrar todas las máquinas antiguas.
De nuevo, volvimos a necesitar ese toque especial para nuestras oficinas. Pero, en esta ocasión, contamos con la increíble ayuda de Amelia Millán para conseguirlo. ¡Logró que nos sintiéramos como en casa desde el primer momento!
¡Pero no hemos acabado todavía! Nuestro equipo siguió creciendo y terminamos usando tanto “La Oficina” como “El Estudio”. Parte de nuestro equipo trabaja en el precioso edificio espacioso, mientras que la otra mitad deja fluir su imaginación en el hub creativo.
UN LUGAR LLENO DE COLOR PARA TRABAJAR
Nos encanta el lugar en el que trabajamos y disfrutamos haciéndolo nuestro. Por eso, el espacio incorpora estallidos de color, igual que nuestros calcetines.
Este sitio saca lo mejor de nosotros (y de nuestros calcetines) y no podíamos esperar a compartirlo con vosotros.
Thanks socks much!